La visión del director Ben Sturgulewski

Este proyecto ha tenido un camino largo y sinuoso hasta su meta. Comenzó en 2019 como un cortometraje. sobre una comunidad de esquiadores en Afganistán. Como alasqueño y documentalista de montaña, me conmoví con el profundo amor por el invierno que encontré en Bamyan. De hecho, se sentía más puro que en cualquier otro lugar del mundo que haya conocido, con los aldeanos lanzándose con entusiasmo por las pistas con esquís improvisados ​​hechos con tablas de madera y jarras de leche de plástico. 

La película, que documenta la camaradería de estos jóvenes afganos, se completó en el verano de 2021. Solo unas semanas después de que Afganistán cayese en manos de los talibanes.

Los protagonistas pidieron ayuda y el equipo de producción y yo archivamos la película, volcando toda nuestra atención en ayudar a los atletas de Bamyan. Colaboramos con  gobiernos internacionales, veteranos voluntarios y agencias de inteligencia para encontrar vías de salida de Afganistán.

En los últimos días de la evacuación del aeropuerto de Kabul, algunos de los miembros del Bamiyán Ski Club, que incluye a la mayor parte del equipo de esquí femenino, voló a un lugar seguro en países de todo el mundo. Otros no pudieron escapar y comenzaron su vida bajo el nuevo régimen talibán.

Cuando finalmente pasó la tormenta, hubo que reinventar el alma de nuestra película. La comunidad de esquiadores afganos ahora estaba fragmentada. Nos tomó mucho tiempo descubrir el significado de sus historias dispersas. Pero poco a poco empezó a surgir una imagen de profunda resiliencia, el alcance de lo que habría sido imposible de anticipar años antes. El proyecto evolucionó a partir de un cortometraje alegre en un largometraje documental que ahora siento que es intensamente agridulce.

Es una celebración del sueño de paz de una comunidad y de la frágil esperanza que queda después de la realidad del conflicto. Nuestros valientes esquiadores han soportado lo impensable y tuve el honor de que me permitieran el acceso a sus vidas tanto antes como después de su desplazamiento. 

A través de esta extraña perspectiva, esperamos que la película pueda ser un catalizador de empatía con los refugiados de todos los países, así como hacia las muchas personas que aún viven en Afganistán en medio de condiciones terribles y  de profundas incertidumbres.