La Tensión Lumbar: un infierno para muchos deportistas

No hay nada más frustrante que el dolor lumbar. Es probablemente la afección más incapacitante que arruina entrenamientos, actividades o viajes. Uno puede tener el brazo roto en cabestrillo y aun así disfrutar casi al 100 % de una jornada de senderismo o de un viaje. O tener un esguince de tobillo y poder entrenar el tren superior en el gimnasio con la misma intensidad que con el pie en perfectas condiciones. Pero el dolor lumbar te paraliza. Es como si cada movimiento, cada nervio, cada canal de energía pasase justo por esa zona geográfica de la espalda constituyendo un punto caliente en el que hay que tener mucha diplomacia.

Según un estudio de Hägglund et al. (2005), se estima que aproximadamente el 60-80% de los deportistas experimentan dolor lumbar en algún momento de su carrera. En deportes como el fútbol, el baloncesto y el levantamiento de pesas, la incidencia de dolor lumbar puede ser aún mayor debido a las demandas físicas específicas y a los patrones de movimiento involucrados. Por ejemplo, un estudio realizado por Kibler et al. (2006) encontró que los atletas en deportes que requieren movimientos explosivos o cambios rápidos de dirección son particularmente susceptibles a lesiones lumbares.

Un metaanálisis realizado por Fritz et al. (2014) encontró que el dolor lumbar es una de las lesiones más comunes entre los atletas, con tasas que varían entre el 10% y el 30% dependiendo del deporte y del nivel competitivo. El dolor lumbar crónico limita significativamente la capacidad funcional y la calidad de vida, afectando no solo el rendimiento deportivo sino también las actividades diarias.

Cómo Incide la Tensión Lumbar en los deportistas

Incluso la molestia más pequeña en la espalda mermará el rendimiento del deportista. Ya sea por la incapacidad de imprimir la fuerza del core o realizar los movimientos en toda su amplitud el rendimiento deportivo cae significativamente.

Y por supuesto, además del impacto físico, el dolor lumbar puede tener efectos psicológicos significativos, como ansiedad y depresión, lo que puede agravar aún más la discapacidad funcional y el rendimiento.

El dolor físico y los efectos fisiológicos pueden provocar lesiones secundarias según indica el estudio Hägglund, M., et al. (2005). La investigación muestra que la tensión lumbar puede aumentar el riesgo de lesiones en otras partes del cuerpo debido a compensaciones biomecánicas. Los deportistas con dolor lumbar pueden alterar su forma de moverse, lo que puede provocar lesiones en las extremidades inferiores o en otras áreas.

Y relacionado con el punto anterior, la tensión lumbar puede llevar a alteraciones posturales que afectan la alineación corporal y la mecánica del movimiento, lo que puede resultar en un mayor riesgo de lesiones y una disminución del rendimiento.

Así mismo, este dolor es un gran disruptor de los programas de entrenamiento. La presencia de tensión lumbar puede prolongar el tiempo de recuperación después de entrenamientos intensos o competiciones, afectando así el ciclo de entrenamiento y la preparación para eventos futuros.