Foto de Portada: Bosque de Sonian. Toerisme Vlaanderen/Kris Jacobs
Con la primavera, los paisajes de Flandes son una bendición para recorrerlos con la bicicleta, y conocer de manera sosegada y disfrutando el momento su naturaleza, arte, patrimonio, ciudades históricas y, como no, la famosa y rica cerveza artesanal belga. Con este objetivo turismo de Flandes ha lanzado 25 nuevas rutas ciclistas “Flanders’ Finest”. Todas ellas son circulares, fácilmente accesibles desde las ciudades, y de relativamente limitada distancia. De estás, hemos seleccionado 5 donde la cerveza es uno de sus grandes atractivos.
Cómo todas las rutas de Flanders Finest, está es una ruta circular de 41 Km que comienza y termina en Halle. Es una ruta señalizada por la red de nodos ciclistas que se puede seguir fácilmente, pero además se puede descargar para móvil o gps.
Tiene partes con pendientes pronunciadas (acordarse de alquilar una ebike), pero transcurre por los campos y canales de Pajottenland y la reserva natural de Malakoff, donde se encuentra el magnífico bosque Hallerbos. Una fantástica bendición verde de 500 hectáreas que se encuentra esplendorosa en primavera con la floración de los jacintos.
Está ruta se puede realizar en unas 3 horas, quizá un par más, sobretodo porque hay que visitar las fábricas de cerveza y biergartens Boon, 3 Fonteinen, Oud Beerse, donde se podrá disfrutar de una buena pinta de lambic “una cerveza que quita la sed, ácida, compleja y refinada, que está inextricablemente unida al valle del Pajottenland” y las geuzes que son una mezcla única de diferentes lambics, también autóctonas de Pajottenland
Son 58 Km serpenteando a través de pintorescos paisajes fluviales, ofreciendo a los ciclistas la oportunidad de sumergirse en la rica historia y cultura de la zona. Desde Malinas, con su encantador casco antiguo y majestuosas iglesias, hasta Boom, conocido por albergar uno de los festivales de música electrónica más grandes del mundo: Tomorrowland.
Los puntos naturales e históricos de interés por los que pasa la ruta son los paisajes de la zona de marismas del Zennegat, donde confluyen el Zenne, el canal Lovaina-Dijle y el río Dijle. El bosque Blaasveldbroek, una reserva natural con nutrias y castores y paraíso para aves. Y el parque Vrijbroek, el pulmón verde de Malinas.
En las visitas culturales no se debe dejar pasar la torre de San Rumoldo, 97 metros de altura que se empezó a construir en 1452 y desde la que se tienen unas vistas magníficas. Y el palacio renacentista Hof van Busleyden, cuyos jardines y museo valen la pena hacer la ruta.
Y en cuanto a la cerveza, estás son las paradas: La Battleliek una microcervecería y fábrica de limonada instalada en una antigua iglesia de Malinas. La cervecería Het Anker, fundada en 1471, la más antigua del país y con la joya de la corona: la cerveza ‘Gouden Carolus’
Con este enigmático título se abre una ruta de 60 km entre Knokke-Heist, Sluis, Damme y Brujas. Un viaje en el tiempo a los históricos puertos que marcaron la política en Europa en la Edad Media y renacimiento en los paisajes de Zwin. Esta ruta tiene muchos alcientes y puntos interesantes, pero dos destinos que le dan el carácter.
El Parque Natural de Zwin se extiende por los municipios de Brujas, Damme, Knokke-Heist, Sluis-Aardenburg y Oostburg. Es la marisma más importante de la zona por representar un biotipo riquísimo en aves marinas y migratorias que buscan refugio en su zona que el mar cubre de alimento todos los días.
La ciudad de Brujas. Probablemente una de las ciudades más bonitas de Europa, un escenario de cuento de hadas.Las calles empedradas invitan a perderse entre sus encantadoras boutiques, chocolaterías y cafés, donde se puede degustar el famoso chocolate belga y disfrutar de una auténtica experiencia culinaria. Los imponentes campanarios y la majestuosa arquitectura gótica de la Plaza Mayor evocan un sentido de grandeza histórica, mientras que los pintorescos molinos de viento y los campos de tulipanes que rodean la ciudad añaden un toque de magia a este destino único en el corazón de Europa.
Cerveza. En Proeflab Mout, en la encantadora ciudad de Damme, se preparan platos de la Edad Media que se degustan con la cerveza Damme Blond. Y en Brujas no se puede dejar de visitar la cervecería De Halve Maan y despues de hacerse los 60 Km tomarse una Brugse Zot
Esta ruta sale poniendo rumbo hacia el este por 35 km, para descubrir una zona montañosa, trufada de viñedos en las laderas sur de las colinas. Su nombre se lo dá el impresionante castillo de Horst del silgo XIII, aquí se puede degustar tanto la cerveza de la preciosa Abadía de Vlierbeer como los vinos de la región Hageland.
Ya nombrados, los puntos culturales son el castillo de Horst y la Abadía de Vlierbeer, de 1127, en la que se puede hacer una parada en la posada de In den Rozenkrans, famosa por su completísima carta de cervezas. En Lovaina hay que admirar el Grote Markt, un ayuntamiento egregio porque Victor Hugo convenció a las autoridades de que colocaran 235 esculturas.
Cervezas. Además de los vinos y las cervezas que puedes disfrutar en la región, hay que llamar a la puerta de las cervecerías Stella Artois, una entidad centenaria de fama mundial en Lovaina y la Cervecera De Vlier, de tan solo el 2008, pero que está marcando camino en las nuevas tendencias del mundo cervecero.
Una ruta urbanita de 27 km pero con mucha enjundia cultural y fundamento cervecero. Montados en las dos ruedas se puede visitar la Casa de Rubens, el genio barroco de la pintura o disfrutar de un viaje en el tiempo de los estilos arquitectónicos. Desde la augusta catedral de Nuestra Señora, pasando por el Art Decó o el contemporáneo edificio la Havenhuis situado en el puerto, que ya es el símbolo de Amberes, con su antiguo cuartel de bomberos en el piso bajo sobre el que se deposita un diamante con forma de casco de barco.
En Amberes, puedes disfrutar de platos tradicionales como mejillones con patatas fritas, gofres belgas, chocolate y cervezas artesanales. La ruta pasa por el museo Chocolate Nation, en el centro de Antwerp, y en el que se puede saborear hasta 10 tipos distintos de chocolates. También hay una parada en la famosa cervecería De Koninck donde hay obligación de tomarse una acaramelada Bolleke, famosa desde 1952
FLANDES
El destino ideal está primeravera para disfrutar de la bicicleta y la cerveza.