En la bahía de Nápoles se extiende el cuerno sur, un cabo que se prolonga hasta la paradisiaca isla de Capri, y su otro lado de la moneda Anacapri, formando un croissant en el que se encuentra Nápoles, El Parque Nacional del Vesubio y Sorrento. Desde Sorrento se puede tomar la carretera SS145 (Via Capo) hasta llegar al hotel Tonnarella, desde cuya terraza se puede disfrutar de una cenar con una de las mejores vistas panorámicas de la bahía, con el Vesubio dominando el centro.

Pero si se prefiere se puede proseguir por la carretera hasta llegar a la parte sur de la península de Sorrento. Desde punta campanella a Salerno se extiende la Costa de Amalfi, Patrimonio Mundial de la Unesco por su increíble belleza mediterránea, donde los pueblos cuelgan abalconados sobre impresionantes acantilados que se sumergen en las aguas turquesas del mar de Tirreno.

Este pedacito de Italia es tan “instagrameable”, que sus encantadores pueblos han servido de escenarios para muchas producciones cinematográficas. En Positano, a Diane Lane le rompen el corazón cuando va a buscar a su amor en “Una casa en la Toscana”. Unos años antes, Matt Damon desplegaba todo su psicopatía en “el Talento de Mr. Ripley” en la misma localidad. Siguiendo hacia Salerno, Sissi emperatriz se relajaba en Amalfi de los agobios de la corona Austro-Húngara, en este caso lo hicieron tanto Rommy Schneider en la versión cinematográfica como la auténtica Isabel de Baviera en la vida real.

Es más que probable que Isabel de Baviera visitase el convento capuchino de Amalfi, un impresionante edificio del siglo XII y levantado sobre un balcón con una caída de 80 metros sobre el mar. En realidad, si uno salta sobre el borde del acantilado caería sobre la vía Matteo Camera, incluso con mucho impulso no pasaría de la Marina de Amalfi, pero las vistas del mar son probablemente de las mejores del pueblo. Hoy en día, el convento es un hotel dirigido para los que quieren disfrutar del lujo, la cultura y la belleza natural de la Costa Amalfitana: Hotel Anantara Convento di Amalfi Grand Hotel. El Hotel conserva la iglesia y claustro original, y sus habitaciones respiran lujo con aire monástico.