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Volver al trabajo y a la rutina puede suponer un alivio para algunas vacaciones estresantes o un estrés para las vacaciones de ensueño. Si usted es de los que vive mejor fuera del ambiente laboral, lo mejor es no realizar una zambullida bomba, si no espaciar un poco y reservar unos días de vacaciones en octubre para meditar al estilo zen.
Y para casi tocar el nirvana nada mejor que el desierto y su monótono, aunque mágico, paisaje que sumerge a uno en la contemplación más profunda. No en vano, tres grandes religiones nacieron en el desierto.
Si quiere ir a tiro hecho para no preocuparse por las gestiones y tener garantizada la tranquilidad más absoluta, la sugerencia es Anantara Tozeur Resort. Un oasis artificial al este de Túnez, en las puertas del Sahara (por cierto, Sahara significa “desierto”, así que decir desierto del Sahara es como decir “desierto del desierto”) y frente al Chott el Djerid, el lago más grande del Sahara, que la mayor parte del año está seco pero que cuando tiene agua está salado, así que no le serviría para sobrevivir en una aventura en el desierto. Aunque sus espejismos seguramente dieron algún que otro disgusto a los soldados de la legión extranjera francesa.
Al sur de Chott el Djerid se encuentra el remoto Parque Nacional Jebil, el más grande de Túnez y que ocupa gran parte de su territorio meridional. Un panorama infinito de rocas, dunas y vegetación desértica con su encanto especial. El hábitat natural de la gacela Dorcas y el antílope Addax. En este paisaje las excursiones son grandiosas y las noches mágicas, sobre todo si a usted le gusta contemplar las estrellas.
Al norte del resort, justo en la frontera con Argelia se encuentra el oasis de Mides, con un impresionante cañón que se envuelve en una atmósfera mágica al atardecer. Los romanos encontraron en este oasis una ubicación privilegiada para construir sus asentamientos. Más al norte se puede visitar el oasis de Tamerza, el oasis de montaña más grande de Túnez, con cascadas de agua dulce y piscinas naturales en su cañón donde se puede uno bañar
Al oeste se extiende el palmeral de Tozeur con 350.000 palmas datileras, que se puede explorar con carruajes. Consejo: si puede degustar un dátil fresco, no lo deje pasar. Y si usted es un friki de “La Guerra de las Galaxias”, lo que realmente le va a seducir son los decorados que sirvieron de atrezzo para 4 películas de la franquicia de George Lucas. El mundo de Tatooine donde creció Luke Skywalker a tiro de piedra.
Pero si el lado oscuro de la aventura no le llama y lo que quiere es relajarse, no tiene ni que salir del resort. Dentro cuenta con 93 lujosos alojamientos, cinco restaurantes, incluido el Arabian Nights Cultural Village, un spa Anantara y un gimnasio con estudio de yoga. Algunas de las habitaciones cuentan con piscina privada infinita que da al lago Chott el Djerid desde donde se extiende el gran Sahara. Sin duda, un lugar perfecto para realizar una desintoxicación interior.
Para cerrar el día, nada mejor que dejarse caer por el restaurante Arabian Nights con el cielo como bóveda y uno de los mejores sitios del país para zambullirse en la sabrosa y exótica cocina tunecina: como el brik à l’oeuf, filetes de camello, Golla y otras delicias nacionales preparadas tradicionalmente en un fuego abierto.
Si después de 4 días en el desierto del Sahara usted no vuelve relajado como un espárrago cocido, nos hace un comentario aquí abajo. Consejo de abuela: “El desierto es un lugar frío donde solo hace calor por el día”, llévese un jersey o un plumas.