En Bikenbeer somos muy de Bose. Abrimos paraguas y que nos caiga de todo por publicidad encubierta. Pero lo cierto es que nos encanta, principalmente por dos productos que encarna nuestra filosofía. La primera son las gafas con auriculares integrados Bose Frames Tempo. Una pasada porque logra sumergirte en un sonido nítido y sin aislarte del entorno. Puedes ir en bici disfrutando de una ruta mientras escuchas a los Guns and Roses a todo volumen sin miedo a no oír un claxon o una voz de tu compañero ¿como lo hace? Magia de los ingenieros de Bose.
El segundo producto es el altavoz SoundLink Flex que nos hemos llevado a todos los viajes y que crea una atmósfera de sonido para compartir fantástica, mientras damos buena cuenta de la cerveza ganada en la dura jornada outdoor, alrededor del fuego de campamento. Casi sin distorsión cuando se sube el volumen al máximo y unos graves que dejan temblando a otros altavoces de su misma gama. Bucólico.
Pues bueno, al Soundlink Flex le ha salido un hermano mayor, el Bose SoundLink Max. Pero muy mayor.
A primera vista
El SoundLink Max es como la versión Terminator del Flex. Probablemente el doble de volumen y cuatro veces más de peso. SoundLink Flex pesa algo más de 500 grs, y el Max 2300 grs.
La apariencia es rotunda y robusta, e irónicamente un asa (de cuerda y silicona) le da aspecto de bolso. Asa, por otro lado inevitable, porque el altavoz pesa lo suyo como para levantarlo a pulso solo con la presión de los dedos.
Está construido con caja de acero con armadura de silicona, igual que SoundLink, que lo protege de rozaduras y golpes y que, seguramente, junto con su volumen le proporciona flotabilidad positiva. Al Max no lo hemos tirado al mar, pero el Flex se nos ha caído unas cuantas veces y flota (si a usted le ha pasado lo mismo dele una ducha de agua dulce ipso facto y séquelo con un paño).
Dispone de, además del altavoz principal en la parte frontal, dos más pequeños laterales. El Flex lo tiene en la parte trasera, lo que lo hace reversible. Si lo llevas colgado en la mochila durante una ruta se puede escuchar en los 360º casi igual de bien. No pasa lo mismo con el Max.
Está preparado para aguantar golpes de caídas desde un metro de altura sobre superficie dura (en la prueba ya se ha llevado algún golpe) y no solo no se estropea el aparato si no que su recubrimiento no se raya. Eso sí, la electricidad estática que se queda pululando por la silicona atrae todo el polvo, y los pelos del perro (si tiene usted mascota).
La buena noticia es que tiene certificación IP67, que lo protege del polvo y la lluvia. Incluso se puede sumergir, como hemos comentado antes, y la luz de corriente parpadea con color amarilla avisando al usuario que quizá hay que poner fin al baño. Eso sí, no es recomendable mojarlo, y se deben secar todas sus conexiones antes de enchufar cable alguno.
Las conexiones se encuentran en la parte de atrás. Una USB-C para cargar y una conexión auxiliar jack plug, con la que el SoundLink Max puede funcionar como altavoz de un ordenador o cualquier otro gadget. En la parte superior se encuentran los botones de encendido, bluetooth, volumen, pausa.
Estrujando las funciones del SoundLink Max
Tiene una batería que puede durar hasta 20 horas, si el volumen no es brutal (100%). En caso de fiesta salvaje, cuente con 3 horas de autonomía. La buena noticia es que el SoundLink Max puede convertirse en un powerbank en caso de que se muera el móvil. Con el cable USB-C, que viene con el altavoz, se puede cargar la batería de un móvil.
Antes, habíamos comentado que al no tener altavoces en la parte trasera no es “tan reversible” como el Flex, pero lo cierto es que es un aparato pensado para estar fijo (no colgando de la mochila) y que produce un efecto estéreo fantástico.
De la conexión inalámbrica se encarga el Bluetooth 5.3 que según nos ha asegurado el experto informático y gadgetólogo, es mucho mejor que la Bluetooth 4.2 (también nos ha explicado el porqué, pero no nos hemos enterado). Pero a lo que importa, con el 5.3 te puedes conectar a 9 metros de distancia, nosotros nos hemos alejado a más de 15 y seguía sonando.
El altavoz se puede controlar desde el móvil con la aplicación Bose App, para subir los graves o los agudos. Apunte: suba los graves y comience a flipar.
Y gracias a la tecnología SimpleSync se puede emparejar con otros altavoces ¡pero solo de la serie Smart! Señores de Bose ¿Es esto una broma? ¿No podemos conectar el Flex con el Smart? ¿No van a corregir esto? Nosotros no hemos podido emparejarlos, no sabemos si una actualización del Firmware lo permitirá en un futuro.
¿Pero Suena?
Mientras que el Flex da ambiente al fuego del campamento, el Max es un cañonazo. A máximo volumen casi no distorsiona y el efecto estéreo es fantástico (¿mejor si pudiéramos asociarlo al Flex?)
Es dos veces el volumen del Flex, y cuatro veces su peso, pero en calidad de sonido juega en otra liga. Vale que Bose se caracteriza por una calidad muy pristina en sus productos, pero con el Max han roto las reglas.
Conclusiones
- El SoundLink Max es un altavoz outdoor, pero de campamento, para homeroad o para una embarcación. Demasiado volumen y peso para meterlo en la mochila. Para rutas y viajes es mejor el SoundLink Flex. Aunque si va a dar un paseo por el campo, no hacer una ruta por la montaña de 20 Km, el Max dispone de un accesorio que es una correa larga para llevar el altavoz colgado a modo de bandolera.
- En caso de no tener cuerpo de fiesta es un buen powerbank para otros gadgets electrónicos. Cargó nuestro android al 30% en menos de 12 minutos.
- Tiene un sonido fantástico, ya sea para crear ambiente o subir los grados de temperatura de la fiesta.
- Lo que no nos ha gustado es que no lo podemos emparejar con nuestro SoundLink Flex, para formar el equipo definitivo Outdoor Bikenbeer Total Stereo
- El precio es de 449 €, ojo que no decimos que no lo valga, pero es que el Flex está a 130 €. En fin, señores de Bose, un descuentito a lectores de Bikenbeer, fans y eso…